jueves, 26 de mayo de 2011

¡ME DA LO MISMO EL HORARIO, MI AMOR ES INCONDICIONAL!



¡ME DA LO MISMO EL HORARIO, MI AMOR ES INCONDICIONAL!

Ricardo Araya Maldonado
Periodista






































Ese día domingo, en el Estadio Regional estábamos los incondicionales dos mil 500 hinchas antofagastinos, presenciando el partido contra los huasitos de Concepción. El resto, esos que se suben a los carros de la victoria, se quedaron en casa viendo por el Canal del Fútbol, ese desabrido clásico entre albos y azules, que disputaban la copa “Campeones de Mentira”, en su versión “Campeones que dan la hora jugando en el extranjero, sin la ayuda de los árbitros”.
Esa tarde, la oncena puma tenía inclinada la cancha en busca del triunfo, ante el cuadro sureño y mientras cundía la preocupación y el nerviosismo ya que el gol de la victoria no aparecía, sí apareció de súbito un tontito, de esos que nunca faltan –quizás un santiaguino agrandado y mal agradecido, que hacen nata en la ciudad, igual que los colombianos y similares- informando lleno de alegría ...”gol de la Uuuuuuu”... ante lo cual un hincha antofagastino, tan fanático como yo, reaccionó a viva voz “¡Y a quién xuxa.... le interesa si acá estamos viendo el partido del CDA...CTM!...lo cual celebré muy festivamente.


Y como el partido del CDA ante Lota, estaba programado este domingo, a la misma hora de otro clasiquito ultra repetido entre cruzados y albos, que disputarán la copa “Ahora me toca a mí ser campeón, después te toca a ti, otra vez”, en su versión “En la Copa Libertadores, nunca podrán con uruguayos, argentinos ni brasileños”, los Dirigentes del CDA –en genial decisión- solicitaron el cambio de hora del encuentro, para disputarlo justo al mediodía.
Quienes llevamos tatuados en la piel los colores antofagastinos, nos da lo mismo el día y la hora; si hace frío o calor; o si lo vemos desde la tribuna Andes o Pacífico, porque lo concerniente a otros equipos carece de relevancia y en nada influyen en la pasión desmedida que sentimos por lo auténticamente nuestro.
Sin embargo, no por el cambio de horario va a superarse esa consabida cuota de asistencia. Los cómodos prefieren quedarse enredados en las sábanas. A los sometidos los llevan obligados de compras al supermercado, o a La Vega. A otros, los sacan a pasear al Mall de los pobres, como es la Feria Las Pulgas. Y no faltan los “cooperadores”, que el día domingo, desde muy temprano, deben hacer las tareas del hogar, incluyendo cocinar y lavar una ruma de platos.
Ya lo presiento, por la tarde no faltarán los que tocarán bocinas, celebrando el triunfo de cualquiera de esos equipos santiaguinos.  En fin, cada loco con su tema.
Lo que es yo, gocé como chino viendo como Peñarol eliminó a los cruzados. Antes, ya me había regocijado de lo lindo con la eliminación de albos y azules.
Y ya me preparo, de las alegrías que me brindará la Copa Sudamericana, viendo tempranamente afuera, de regreso sin pena ni gloria, a esos campeones de mentira, que se reparten títulos por turnos.


martes, 17 de mayo de 2011

¡POR FAVOR, NO PRONUNCIEN LA PALABRA CAMPEONES!

¡POR FAVOR, NO PRONUNCIEN LA PALABRA CAMPEONES!

Ricardo Araya Maldonado
Periodista

Parecía un partido fácil, porque a diferencia de otros encuentros jugando de local, los antofagastinos entraron con todas las intenciones de abrir pronto el marcador, sumando más hombres en ofensiva que lo habitual, con la novedad –y qué cosa tan inesperada- Ronald González asumiendo un papel más protagónico, con desbordes incisivos por la banda izquierda, sin esa tendencia de irse hace el centro del área rival.
Y después que pasó el vendaval puma, con varias ocasiones claras de convertir, vino el típico apichangamiento de las acciones y una sumatoria de errores, propios de quienes se ponen los zapatos al revés, donde el balón pasaba más fuera que dentro de la cancha, porque los huasitos curicanos también se contagiaron con esas horrorosas falencias técnicas e impropias de futbolistas profesionales.
Igualmente, las acciones pertenecían a los locales, con espóradicas llegadas de la visita, pero no exentas de algún peligro. Sin embargo, a los 28 minutos, entre tantos troncos sureños una buena combinación dentro del área, permitió a González reencontrarse con las mallas después de una seguidilla de buenas actuaciones, que hicieron recordar a ese jugador que alguna vez fue llamado a la selección por Marcelo Bielsa.
En la segunda fracción, correspondió vivir a la hinchada un cuento tan viejo como repetido: los visitantes al ataque y los albicelestes sin poder liquidar el partido. Incluso a ratos haciendo agua en la defensa, al preferir replegarse en la última línea, dejando sin marca el mediocampo. El mismo error, del partido ante Concepción.
 Y como el empate se veía venir, llegó a los 25 minutos, producto de un centro abierto que cabeceó en solitario Gutiérrez decretando una paridad justa y que además presagiaba que “se vendría la noche”, ya que fue expulsado Ronald González, al propinarle un certero y violento golpe en el rostro a un  jugador afuerino, luego de una refriega sin balón, donde el novel antofagastino demostró su inexperiencia al ignorar cómo se manejan a favor situaciones confusas. Y nadie se sorprendería si el castigo viene fuerte.
Los “temporeros de la fruta”, no alcanzaron a ponerse desagradables, con el empate conquistado, porque tres minutos después vino un zapatazo de Erick Pino, con un formidable tiro libre, que se clavó en el ángulo superior, donde no llega ningún arquero desatando la algarabía de los verdaderos antofagastinos, ya que los otros –los tontitos- repitieron la gracia del domingo anterior y se quedaron viendo un clásico muy venido a menos, entre azules y cruzados.


El ingreso del cazurro Richard Olivares fue para mantener un resultado, nuevamente angustioso, reteniendo el balón, fabricándose saques laterales, lanzamientos de esquina e infracciones, en el afán que transcurrieran los segundos y desesperar al cuadro rival, cosa que se consiguió al salir expulsado un huasito bruto, debido al reiterado juego brusco y ofuscación, porque se irían con las manos vacías.
La yapa llegó con un gol conquistado en los segundos adicionales, cuando todo el estadio clamaba al árbitro por el término del sufrimiento. Fue un contragolpe con más hombres albicelestes que rojos en el área visitante; ese tiro de Rubina –en magistral jugada- desató la euforia y rubrica una campaña espectacular e insospechada que mantiene a los pumas en la cúspide de la tabla de posiciones de los potreros, después de un comienzo calamitoso.
Y, mientras salía del estadio, escuché  a muchos hablar del posible retorno al fútbol grande. Sinceramente, creo que esos “hinchas de día domingo”, están un poco apresurados.
No. No escucho a los “alaracos del micrófono”, pero estoy seguro que más de alguno estará pronunciando la palabra “campeones”, en el sempiterno desconocimiento de los ciclos por los cuales atraviesan los clubes y los futbolistas, en un torneo que finaliza en ¡diciembre!.
            Yo me conformo con disfrutar el presente, sin sacar cuentas alegres baratas y sin proyectarme dónde y cuando podríamos dar la vuelta olímpica. Sí con mucho optimismo, pero aterrizado. Han sido demasiadas las desilusiones, procedentes de tantos especímenes que rodean el ambiente del fútbol, que prefiero seguir gozando este nuevo e importante triunfo, en tiempo presente.



lunes, 2 de mayo de 2011

Toda la historia del CDA en la Feria del Libro

Toda la historia del CDA en la Feria del Libro
Hasta el Domingo 08 de Mayo

Todos los días Usted puede acudir desde las 10 a 21 horas

Cuatro libros, integramente dedicados a Club Deportes Antofagasta, presenta el periodista y escritor Ricardo Araya Maldonado, en la Feria Internacional del Libro que se inauguró en la explanada del Ferrocarril de Antofagasta a Bolivia.


Las cuatro obras literarias del historiador deportivo –más conocido como el Hincha más Hincha del CDA-  son: “Nadie sabe más que yo (del AP-CRA-CDA); “Y ya lo ve, son los Pumas del AP. Campeones 1968”; “Pumas en el Estadio” y “Rugidos de Pumas y Otras Bestias” y están para la venta y regocijo de los fanáticos del cuadro puma antofagastino, en el stand del Círculo Literario "Manuel Durán Díaz".

 Contacto:
Facebook:  pumas en el estadio
Móvil: 9-5412240

CON EL “AGUA AL CUELLO”, CONSEGUIMOS UNA RECONFORTANTE VICTORIA DE LOCAL

CON EL “AGUA AL CUELLO”, CONSEGUIMOS UNA RECONFORTANTE VICTORIA DE LOCAL

Ricardo Araya Maldonado
Periodista



Hincha más Hincha del CDA

Si bien es cierto que fue una victoria estrecha, asfixiante e implorando la hora, ese 1-0 ante los huasitos de Concepción, la hinchada antofagastina se retiró feliz al completar ocho fechas sin conocer la derrota.
La jornada comenzó bien. De partida brillaron por su ausencia los tontitos de siempre; esos que prefirieron una pichanguita entre albos y azules, los dos “campeones de mentira”, más representativos del fútbol chileno y ni falta que hicieron para alentar a los pumas durante todo el partido, en el esquivo reencuentro con el triunfo jugando de local.
Todo siguió bien, debido a que el árbiro omitió esa latosa ceremonia de formación de los equipos y lo insípidos saludos entre los jugadores y jueces, ya que estaba muy apurado en mandarse varias chambonadas en perjuicio del club albiceleste, algo no es ninguna novedad como fue “comerse” un penal clarito y varios patadones sin mayor sanción de huasos brutos, provenientes de la oncena sureña.
Fue un partido muy diferente, a todos los anteriores jugados de local. Con una actitud más ofensiva, se prodigaron en el primer tiempo a lo menos cinco situaciones claras de gol, en que era más fácil convertir que tirarla afuera, debido a un asunto netamente de prolijidad técnica, difícilmente corregibles en jugadores que hace rato superaron los 20 años.
Y sin aquella repetida sensación de hastío de parte de la hinchada local, se fueron al descanso, pero preguntándose mil veces, por qué los punteros omiten el juego por las orillas, prefiriendo las acciones por el centro, encontrándose con un insalvable bosque de piernas.  ¿carencia de confianza? ¿falta de habilidad para encarar? ….creo que de todo eso un poco, ya que por las bandas se “abre la cancha” y se derrumba la estantería de las defensas cerradas.
Esos 15 minutos del entretiempo, me  sirvieron para leer una nueva revista –Pumas de Corazón- de bonito diseño y de inmejorable calidad gráfica, realizado con muchísimo entusiasmo y amor por la camiseta albiceleste, pero que le faltó más “sustancia”; es decir, contenido antofagastino más relevante. Ojala superen esta falencia en los sucesivos números.



Además, es preciso que esta nueva publicación puma –otra más- se mantenga en el tiempo y no prime el afán comercial de sus realizadores, como ha sucedido desgraciadamente a través del tiempo, especialmente de parte de un “medio pollo” radial, que se hace pasar por ex jugador del CDA, pero que nunca vistió la camiseta albiceleste, ni siquiera cuando faltaba algún jugador para completar el equipo de reserva, en la pichanga del día jueves.
Al reiniciarse las acciones, el CDA siguió en lo suyo, en el afán de abrir el marcador. Nuevas ocasiones de gol fueron desperdiciadas, cuando sólo bastaba “soplarla”, o pegarle con el Diario para pasar a celebrar.
Y entre tanto “perfume” de gol, el cuadro lila equiparó las acciones y el triunfo estaba para cualquiera, en un partido “largo” como dicen los argentinos, ya que de área en área, ambas escuadras se saltaban el mediocampo, dejando tremendos espacios en esa “tierra de nadie”.
Por fortuna, el gol llegó de una jugada confusa e inesperada, en que un jugador antofagastino desvió un centrito sin pena ni gloria, que iba a la entrada del área, dejando solo a Huerta para abrir el marcador, ante el júbilo de los incondicionales dos mil 500 espectadores de siempre.
Bien el cambio de González, y de Rubina que ya estaba agotado. Ingresaron Richard Olivares, que aportó oficio de sobra, en momentos difíciles. Y “pólvora mojada” Díaz, que acudía hasta atrás en defensa del área local, por su porte y cabezazo, cuando el empate rondaba el arco de López, incluyendo un error que casi origina el gol visitante.
Luego Huerta sustituyó a Pino e hizo ingresar al chiquilín Sepúlveda, jugador de refresco para los últimos minutos, porque el CDA estaba “con el agua al cuello” y rondaba el empate, cosa que a nadie hubiese sorprendido.
Pidiendo la hora a gritos, por fin llegó el desahogo para una victoria difícil, pero largamente anhelada por la sufrida hincha antofagastina.