ME REI DE LO LINDO, GRACIAS AL FLACO IBARRA
Ricardo Araya Maldonado
El Hincha más Hincha del CDA
A menudo, resulta una lata comentar partidos amistosos, porque cuando no hay puntos en disputa, todo resulta una mera anécdota, que se olvida rápidamente. Sin embargo, ante Arica, había dos ingredientes que lo hicieron diferente y atractivo.
Uno, era el debut de este CDA 2011, que viene en una caja de sorpresas; nuevo entrenador; nuevos jugadores; se quedaron algunos que debían haberse marchado y se fueron otros que debían haberse quedado. Y el resto seguirá marcando el paso, en la intrascendencia futbolística. Contrataciones nada deslumbrantes, (tanto, que nadie los presentó en los minutos previos al encuentro), pero siempre vigente el interés y la pasión por el club de la ciudad.
El otro factor que lo hizo diferir de cualquier pichanga aburrida, fue el regreso del inefable Hernán Ibarra, ahora en la banca visitante. Desde improperios de grueso calibre e irreproducibles, hasta constituirse en el material para la chacota surtida, durante los 90 minutos, a raíz de su fracaso como entrenador del cuadro antofagastino, la temporada anterior.
Para mí el fair play no existe y entre tantas cosas absurdas de este invento de algún funcionario de escritorio de la FIFA, desaprobé que varios jugadores locales corrieran a saludar a un DT que “se comió solito”, el ascenso a primera división y, por lo mismo, al enfado de la hinchada debería haberse sumado el rechazo de los jugadores contra aquel errático entrenador, que no fue más que el clásico vendedor de pomadas, o charlatán de feria, que ya nadie le cree, excepto algunos tontitos ingenuos que anhelaban su recontratación, en el colmo de la estupidez futbolística.
Un primer tiempo, que se parecía muchísimo a un partido normal en cuanto a las acciones, no así en el movimiento del marcador, al finalizar con la contundente cifra de 3-0 a favor de la oncena puma, para deleite de los dos mil fanáticos albicelestes que prefirieron seguir al equipo, antes que estar en las playas (allí donde te da más calor, del que supuestamente huyes).
Ambiente festivo no sólo por los goles, sino también porque cada hincha –de preferencia los apostados en el sector de la tribuna Pacífico-norte- sacó a relucir el mejor repertorio de chistes, mofas y gritos con ironías y sorna, dirigidos al flaco Ibarra, que tantas rabias hizo pasar a los que saben de fútbol y aman al CDA.
Por eso, la primera parte de show contra el desgarbado entrenador, lo constituyeron los garabatos de grueso calibre, donde abundaron los saludos a los familiares y muy especialmente a la mamá de Ibarra; todo matizado con enrostrarle –sin dejar de lado los improperios ofensivos- aquellas mútiples situaciones que evidenciaron un mal manejo del oficio de un entrenador ingenuo y, obviamente, por no “saber ver el fútbol”.
Nada más divertido y económico por una entrada de tres lucas: tres goles de aceptable factura; desahogo sin pudor, ante aquel culpable de continuar en los potreros y chistes, tallas y similares, de muy buena calidad cómica, que generaban sucesivas risotadas, cuyo blanco era el señor Ibarra. Quizás, tanta ofensa podría interpretarse como un natural desquite de la hinchada local por tanta frustración que entregó durante su estadía de casi tres años en el club.
De allí que en el segundo tiempo, desapareció todo el interés por el partido, aparte que los sucesivos cambios de Arica, desvirtuaron toda expresión de fútbol afiatado y con intención de gol, para convertirse en una vulgar y aburrida pichanga, parecidas a esas que se juegan en algún terreno vacío, al borde de la línea del tren.
Igualmente poquito aporte los extranjeros. Claro que no hay que ponerse tan exquisitos y exigentes, ya que sin mayor rodaje en el cuerpo, este primer partido de vuelta de la pretemporada, no pasó de ser un entrenamiento con público, que gozó más que un show de Daniel Vilches.
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