lunes, 14 de marzo de 2011

Los jueces santiaguinos se quedaron con las ganas de lograr el empate. CDA 2 Magallanes 1

CDA 2 Magallanes 1

Los jueces santiaguinos se quedaron con las ganas de lograr el empate

Ricardo Araya Maldonado
El Hincha más Hincha del CDA

Hasta el minuto 78, Deportes Antofagasta, ganaba cómodamente 2-0 a Magallanes. Un triunfo “sin moverse de su escritorio”, sin despeinarse siquiera el arquero local López, porque era victoria inobjetable, al trote e inclusive, aburrida, ya que no se veía por dónde el cuadro visitante podría llevar real peligro de gol para ponerle un poco más de condimento al insulso encuentro. Hasta ese entonces, lo único que quedaba por hacer, era mirar el reloj repetidamente para después marcharse rapidito –con los hijos- al circo de al lado, que de seguro estaría mucho más entretenido con sus payasos fomes, malabaristas que eran los boleteros y las clásicas sacadas de fotos, que costaban un ojo de la cara.

Pero tuvo que llegar ese minuto fatal, -cuando no- con la equivocación del técnico Huerta que le puso color y calor al desabrido triunfo antofagastino. Sustituyó a Erick Pino, que manejaba los hilos en el mediocampo, ponía orden y metía pelotazos de riesgo, cuando no se engolosinaba con el balón. En su lugar ingresó Castañeda, muy opaco, y que nadie sabía qué función cumpliría, porque se fue atrás por la orilla sin ton ni son, ignorando que este Magallanes era muy poquita cosa.
Hace muchísimo tiempo que no llegaba un equipo tan discreto, mínimo, sin figuras, o sea, tan modesto, que en ningún instante amagaba la clara victoria antofagastina, pese a que el cuadro puma había instalado varias sillas de playa para descansar en el mediocampo.
Lo cierto, es que el CDA se quedó sin Pino y sin mediocampo y acto seguido, se le vino la noche: el equipo se retrasó al borde del área (obvio si entró un defensor) y entre tantos pelotazos que iban y venían, apareció un furibundo zapatazo carabelero, que decretó el descuento 1-2
Serían 10 dramáticos minutos finales, cuando de pronto apareció como principal actor al árbitro y sus secuaces ayudantes santiaguinos. Un centro bien elevado, que atrapó sin dificultad el arquero López. El delantero le tiró un manotazo suave y el portero magnificó una gran infracción tirándose al piso. El árbitro observó esto último y de inmediato expulsó al delantero. Bien por el arquero puma, lo felicito; a mí me gustan los jugadores vivos, porque además ganó preciosos minutos que servirían para enfriar las acciones.

Sin embargo, vino la confabulación santiaguina –como siempre y desde siempre- para “acusar” a López, no se qué cosa, porque ellos evidentemente que estaban muy lejos, en la línea lateral en mitad de campo. El árbitro “agarró papa” y corrió a expulsar al arquero local, en una aberración mayúscula, ya que éste no cometió infracción y, a lo más siendo exagerado, daba para una tarjeta amarilla por simular. Hago la salvedad que ese tipo de manotazos y entreveros dentro del área, no se cobran jamás, porque son propias de un deporte de roce y de intentar avivarse para sacar ventajas, así como las sacan  del fair play, ese invento de algún funcionario de la FIFA, que nunca jugó al fútbol.
Evidentemente, hubo un afán de favorecer a ese equipito santiaguino, ya que los jueces sabían que Antofagasta  había realizados los tres cambios y, por lo mismo, debía utilizar un jugador de campo en esa función. Es decir, los jueces del apestoso río Mapocho, querían el empate de la visita a toda costa.
Bien por el apoyo de la hinchada y de los propios jugadores, que sacaron un segundo aire, cuando era inminente la paridad, jugando con esa desventaja, al tener a un defensa como arquero.
Eso quedó en la retina al final, el amor propio, las ganas, el rebelarse ante tamaña injusticia y defender con todo esos tres primeros puntitos, que al final es lo que manda.

Lo demás, igual que al comienzo: dudas y más dudas, sobre la real valía de este plantel, debido a que este Magallanes es un cuadro de corte amateur, conformado por puros “chiquilines sin historia”  y sin extranjeros, en un original y desastroso invento del “Arica” Hurtado, que quiso descubrir la pólvora en el fútbol. Un plantel sin extranjeros, es un fracaso anticipado. Claro que a nadie le interesa el éxito de Magallanes.
Aún así, en medio de estas interrogantes, subieron su rendimiento ciertos jugadores que sólo habían demostrado vacilaciones López, Rosa, Barra y debo destacar –ahora sí- al chiquilín Ignacio Rivera, de juego simple, más directo, sin apichangamiento y su gol de impecable y certero cabezazo, que indudablemente le dará más confianza en su juego y en su receptibilidad para entender y aceptar los consejos –o tirones de orejas- de quienes sabemos en demasía de este cuento. Bien y a seguir progresando; aprender a sacar provecho de las infracciones, en beneficio del equipo, sobretodo cuando se trata de ganar segundos valiosos, estando con el agua al cuello.
En síntesis, lo más rescatable fueron los puntos que quedaron en casa, la reacción de la hinchada apoyando con fervor al equipo (después de esos somnolientos 78 minutos). ¿Las dudas?, reitero, la verdadera categoría de este plantel, que insisto es menos que el año pasado. Y lo negativo, el error de  Huerta –al más puro estilo del flaco Ibarra- que casi cuesta el empate, sobre el final  (también como le sucedía al neófito flaquito).

viernes, 4 de marzo de 2011

PERIODISTA RICARDO ARAYA MALDONADO, SERA REGALONEADO POR LAS MUJERES ANTOFAGASTINAS

PERIODISTA  RICARDO ARAYA MALDONADO, SERA REGALONEADO POR LAS MUJERES ANTOFAGASTINAS




El periodista y escritor Ricardo Araya Maldonado, ganó el concurso “Mujeres y Medios”, organizado por el Servicio Nacional de la Mujer, con motivo de la próxima conmemoración del día Internacional de la Mujer y cuyo propósito es valorar a las mujeres y reconocer sus aportes en los distintos ámbitos de la vida social, cultural, política y económica, a través de trabajos periodísticos presentados en los diversos medios de comunicación social.






El profesional antofagastino triunfó con un reportaje denominado “Una periodista muy diferente”, que enaltece la labor multifacética de su colega Marina Huerta Soto, quien además de periodista, es actriz, músico, profesora, empresaria, dueña de casa y madre de cuatro hijos.
La interesante nota, fue publicada en el sito www.antofagastina.cl  el día 10 de noviembre de 2010.


Araya Maldonado, recibirá la distinción, en la ceremonia que se realizará el día lunes 8 en el auditórium del Ministerio de Obras Públicas, con motivo del homenaje que se rendirá a todas las mujeres antofagastinas.

Por "El Sapo de la Cuadra"