domingo, 22 de julio de 2012

¡UN MILAGRO OCURRIÓ EN CONCEPCION!
Ricardo Araya Maldonado
Periodista y escritor

Triunfo claro, no exento de sorpresa, constituyó el primer triunfo, de visita y anotando más de un gol, después que el 15 de abril los antofagastinos saboreamos la última victoria jugando en el estadio del Parque Juan López. Largas fechas y meses sin ganar, situaron a los pumas en la zona peligrosa de descenso directo al término del campeonato de apertura.
Antes de conseguir este inusitado 2-0 frente al equipo de la Universidad de Concepción, allí estaba el técnico Gustavo Huerta, colgando en el fondo de la tabla y preocupado a más no poder por la paupérrima pasada campaña. 
Afortunadamente retornó el mediocampista Erick Pino, porque  desde que se fue a experimentar sin éxito al fútbol brasileño, comenzó la debacle para los pumas. En cualquier equipo es imprescindible un jugador talentoso y desequilibrante. Todos los equipos lo poseen.
Además llegó un jugador calado y vivo, como el venezolano Daniel Arizmendi para suplir la endémica falencia de gol, que acosó al ataque albiceleste. En dos partidos lleva tres goles.
También regresó a la banda derecha, en la defensa, Víctor Oyarzún, un titular inamovible después de superar una prolongada lesión. Y por la banda izquierda apareció un jugador santiaguino picado, porque no le dieron bola en el cuadro del cacique.
Y en esa orilla estaba “el queso” y los múltiples experimentos para suplir esas carencias, no dieron resultados, después que dejaron partir al uruguayo Rosa, que yo lo califiqué dentro de los ocho jugadores aptos para desempeñarse en el fútbol de primera división, entre todos los que consiguieron el ansiado ascenso al fútbol grande.
Con cuatro jugadores “nuevos” indudablemente que cambió el rostro futbolístico del equipo, sumados a otros avezados que volvieron a ponerse la camiseta desde el primer minuto de juego, como debió haber sucedido durante todo el torneo.

Lo cierto es que fue un triunfo sin objeciones, igualmente viéndolo en estado de nerviosismo extremo, debido a esta forma fanática y sufriente de ver a mi CDA amado. Por suerte, no hubo ningún cogoteo a mano armada de parte de los árbitros y los “alaracos del CDF” comentaron sin la camiseta puesta, ya que mi equipo no se enfrentaba a ningún cuadro santiaguino. Más preocupados estaban del frío, la lluvia y del vendedor de café que no vendía nada, ya en el estadio habían cuatro pelagatos, incluyendo al Loco Choche, al cual no le gusta el café...
En definitiva, un triunfo reconfortante y esperanzador en pos de alcanzar el único y exclusivo objetivo que es mantenerse en el fútbol grande. Y ojalá, si llega otro triunfo la próxima fecha frente a los “segundones” de la Universidad Católica, los tontitos de acá, que trabajan en los medios de comunicación, no comienzen nuevamente a hablar de “meterse en los play offs” y otras fantasías delirantes.
Como hay un objetivo mayor de por medio, les pido que sus arrebatos e ignoracias futbolísticas se las guarden en beneficio de nuestro amado equipo para no ilusionar con pirotecnia insulsa a la masa de hinchas crédulos.

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