miércoles, 29 de febrero de 2012

“PABLITO” RUIZ: CUANDO TODOS TE CONDENAN, YO TE DEFIENDO


“PABLITO” RUIZ: CUANDO TODOS TE CONDENAN, YO TE DEFIENDO

Ricardo Araya Maldonado
Periodista
            “Pablito” Ruiz: Cuando todos te condenan por las seis fechas que recibiste de castigo, yo te defiendo. Y te defiendo de los puritanos por conveniencia; de los inventores de esa ociosidad llamada fair play; de los “alaracos del micrófono”, que transmiten con la camiseta puesta del centralismo. Te defiendo también, de los tontitos de acá, que repiten como monitos copiones todas las imbecilidades santiaguinas y huasunas, que escuchan por la televisión.
Te defiendo, porque más allá de tus precariedades técnicas, interpretas a cabalidad cómo yo entiendo el fútbol; no renunciando a la diversificación de recursos en pos de un resultado, porque al final lo que cuenta es el marcador, la estadística, la historia. Sostengo, que un jugador debe poner todo de sí, en beneficio del objetivo propuesto, con argumentos futbolísticos y de los otros; hacerse respetar ante sus oponentes y marcar la diferencia, exhibiendo su arsenal de recursos. En palabras simples, me agradan los jugadores cancheros, mañosos, cazurros y experimentados. Y si son extranjeros, tanto mejor, porque conocen a cabalidad cómo los argentinos, uruguayos y paraguayos, ganaron las copas que atiborran sus vidrieras y muy ufanos y burlones las exhiben, mientras los huevoncitos santiaguinos, se empeñan en buscarle “la quinta pata al gato”, aduciendo que fueron ganadas haciendo trampas.
Inversamente, me desagradan los jugadores “quedaos” y “atontaos”; esos que inocentemente lanzan el balón fuera de la cancha, cuando el rival simula estar lesionado sacando ventajas ante la complacencia de quienes aplauden generosamente por ese vergonzoso respeto al fair play. Es decir, festejan el engaño, que tanto repudian.
“Pablito”, te defiendo, porque eres de esos jugadores que “ganan partidos” y en medio de esta debacle que hoy aflige a mi CDA, eres lo más rescatable y, visualmente, lo más atractivo, porque voy a reiterar por enésima vez, que detesto a los enanitos y a los jinetes jugando fútbol; sigo fiel a mis convicciones porque llevan todas las de perder en el “mano a mano”; en los “balones divididos”; en “ganar la posición”; en las refriegas y en los continuos roces y, por supuesto, en el juego aéreo. Un cúmulo de situaciones, muy desequilibrantes, al tener muy presente que el fútbol no se juega solamente con los pies…
Para qué hacerse los inocentones, si en el fútbol chileno abundan las trampas; jugar al filo y fuera del reglamento, incluyendo a los árbitros y la acallada acusación veraniega del ex juez Rubén Selman, denunciando que se arreglaron los resultados de ciertos partidos de la competencia 2011. Y, ni hablar, de la repartija de títulos antes que comience el torneo, entre cuatro paredes.
Otro botón de muestra lo constituye el gol legítimo que te anularon por una inexistente posición adelantada. No, allí no hubo “error de apreciación”, ya que estabas un metro más atrás del último defensa de ese equipito cruzado; adrede equivocación referil, reconocida incluso por los propios comentaristas del CDF, lo cual ya es mucho decir, porque esos llevan las banderas en cuanto a ponerse las camisetas santiaguinas sin ningún empacho, intentando hacer creer cosas inexistentes, como si los teleespectadores fuesen verdaderos tarados, al no considerar que están viendo -exactamente- el mismo partido que ellos están relatando.
Después, en el encuentro contra los huasos de San Felipe, en cada intervención tuya en el área, los árbitros te cobraban la infracción llamada “peligro de gol”; ese invento tan recurrente de los jueces, cuando quieren perjudicar a un equipo y más que eso, te pasaron la factura por el escupo en el estadio San Carlos; lo cual, es una práctica muy habitual en cualquier cancha de fútbol, pero los mojigatos, los dinosaurios y los pintamonos santiaguinos, pusieron el grito en el cielo, ya que son comentaristas de escritorio.
De cualquier forma, tienes que estar con tu conciencia tranquila, porque desde el primer partido te entregaste entero por los colores albicelestes, a diferencia de otros jugadores del equipo, que aún prosiguen indolentemente de vacaciones, cuando han transcurrido cinco fechas del torneo y no se vislumbra por dónde, podrían escaparse de regresar a los potreros. 

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